FOTO DE TEMPS DE FLORS 2011 EN GIRONA
En un lugar cualquiera de una ciudad cualquiera de un país cualquiera, nació una niña en una familia cualquiera. Nada hacía prever que esa niña sería todo menos cualquiera.
A medida que fue creciendo, la niña se dio cuenta de que tenía una facultad extraordinaria porque los demás no podían hacer lo mismo que ella, ya que hasta entonces había sido algo tan natural como respirar y creyó que todo el mundo estaba capacitado para ello. Esa facultad consistía en que cuando algo no le gustaba podía pintarlo de colores con tan sólo su pensamiento. Cada vez que iba a un lugar que le parecía feo y veía alguna situación que no la complacía, les ponía color para adornarlos. Pintaba mentalmente con la misma facilidad con que el arco iris deja su transitoria marca en el cielo durante los días de lluvia y sol. Así pues, se acostumbró a utilizar una paleta de bellos pigmentos intentando cambiar la realidad, si ésta no era de su agrado.