CONECTA CON TU MAGIA Y LA MAGIA SE HARA EVIDENTE EN TU VIDA

Cuando se ha hecho todo lo que depende de uno, la Magia consiste en dejar que la fuerza del Universo actúe y que confluyan ambas cosas: la intención personal y la causalidad. Pero la Magia también consiste en saber que la segunda no siempre coincide con nuestros deseos y en estar abiertos a que sucedan cosas imprevistas. Eso nos abre caminos nuevos y configura nuestro viaje por la Vida.


domingo, 16 de septiembre de 2012

LA NIÑA A LA QUE ROBARON LA VOZ


Pintura de Andreas 15.08.99 (en una puerta de metal)

Hace ya tiempo, en algún lugar de una pequeña aldea, vivía modestamente con su marido, una mujer embarazada de varios meses. Éste trabajaba en el campo duramente para conseguir lo mínimo necesario, y pensaba preocupado si eso sería suficiente cuando naciese su hijo. Solía pasar las jornadas fuera y volvía cuando ya había caído el sol, cansado y hambriento, con ganas de sentarse junto al fuego en invierno o fuera, cerca de la puerta, en verano, y de disfrutar de la compañía de su esposa. Ambos cenaban casi siempre en silencio, pues aunque tenían buena relación, no eran muy habladores. Si había algo importante que decir, se lo contaban, pero con pocas palabras.
Todos los días la mujer, sola en su hogar, limpiaba, cocinaba, iba al río a lavar la ropa, cosía… se ocupaba de que todo estuviera dispuesto y a punto. Ahora además, tenía un trabajo extra: ir preparando todo lo necesario para cuando naciese el hijo que esperaban. La falta de recursos era suplida por la generosidad de algún vecino y por su imaginación e inventiva.

lunes, 10 de septiembre de 2012

VER SIN SER VISTA



Salía de una residencia  de recuperación para personas mayores, donde había ido a visitar a un familiar, como cada semana. Para acceder a la calle hay que atravesar una zona que podría llamarse jardín porque tiene una pequeña placita con bancos, algunos árboles grandes  y un parterre con arbustos. Cuando hace sol se llena de personas convalecientes con sus acompañantes, pero ese día en concreto ya era la hora de comer y no había ningún anciano, sólo una pareja joven que debía venir de otro de los edificios que forman el conjunto hospitalario.
Él casi tumbado en una silla de ruedas, con la cabeza sostenida por un accesorio especial para ello, en pijama de rayas y zapatillas, tapado con una manta y el cabello pegado de haber estado muchas horas tendido en la cama. Ella, inclinada hacia él, morena y bonita, le retira algún cabello del rostro y se lo acaricia con el dorso de la mano. Le sonríe y le habla, con la otra mano sobre él, quizás cogiéndole la suya, y aunque no puedo oír lo que dice, sí que veo su mirada llena de ternura. Parece que él está llorando, o al menos tiene las comisuras de la boca hacia abajo y su expresión muestra desesperanza y dolor.
Todo eso lo capto en un breve instante, ellos ni siquiera se dan cuenta de que estoy pasando a unos metros, pues están pendientes el uno del otro.