Imagen titulada "Sueño en Turquesa" (no tengo del nombre del autor/a)
Había una esfera de luz flotante a la que le gustaba jugar
con las personas, a pesar de que éstas no podían verla. Se divertía subiendo y bajando, cogiendo
velocidad de repente para parar de súbito quedándose suspendida en el aire. Rodeaba
en zig-zag objetos de lo más variado y giraba sobre sí misma formando círculos
luminosos que superaban de largo los mejores fuegos artificiales. Otra de sus
características es que podía cambiar de color a voluntad, incluso dejar una
estela de resplandor detrás de sí, y también tomar toda la gama del arcoíris a
la vez.
A veces le entristecía un poco que los seres humanos no
pudieran disfrutar del espectáculo que ella les regalaba simplemente porque era
así: eso estaba en su naturaleza, formaba parte de su razón de existir. Le
hubiera gustado que las personas fueran felices, o al menos, no tan infelices
como solían ser: veía constantemente sus caras con expresiones de estar en otro
sitio con la mente, de cansancio, de indiferencia, de preocupación, de angustia,
de impaciencia, de tristeza, de… casi cualquier cosa que distaba mucho de ser
alegría, serenidad o el reflejo de un contacto profundo con el ser interno.
Hasta que un día, una de esas personas descubrió asombrada
las piruetas de la esfera que danzaba delante, detrás, encima de ella y la rodeaba
a velocidad de vértigo. Se quedó mirándola sorprendida no sólo de su belleza,
sino de su constante juego y dominio del espacio. Esa persona tenía un alma sensible
y después del impacto inicial, se limitó a preguntar:
- ¿Quién eres y qué
haces aquí?
A lo que la esfera respondió - simplemente soy una parte de ti y siempre he estado contigo.
-¿Y por qué ahora puedo
verte y antes no? -
Siguió preguntando esa persona.
- Porque a todos los
seres humanos les llega su momento cuando están preparados. Algunos es incluso
después de haber dejado su cuerpo físico, pero otros pueden verme antes de eso
y saber de mi existencia.
- ¿Y por qué justamente
ahora? - Insistió en
saber esa persona, que a pesar de su inocencia, por lo visto necesitaba tener
todas las respuestas a algo que no acababa de entender.
La esfera se limitó a decir:
- Si quieres saber más, búscame dentro de ti.
Fíjate cuando procuras que los que están a tu alrededor sean felices, y como te
ocupas de su bienestar, viviendo lo cotidiano con alegría… Aunque el que ellos estén bien no
sólo depende de ti, haces lo posible para mejorar su existencia. Yo soy esa
capacidad tuya de conectar con tu bondad y con tu sencillez y también con tus
colores resplandecientes, que no se ven a simple vista, al menos, no con los
ojos físicos. A veces los demás están ciegos ante eso igual que están ciegos
ante mí: no me pueden ver porque en realidad no quieren verme. Y recuerda: la
primera persona de la que te has de ocupar para que esté bien y sea feliz, eres
tú. Ese es tu principal cometido durante el tiempo que dure tu vida, sin
importar lo que los demás piensen de cómo decides que la quieres vivir.
NOTA: Estos cuentos fueron inspirados durante un trabajo individual específico con varias personas diferentes. Para cada una de ellas surgía una historia, siempre distinta de las de las demás. Cuando empezaba a hablar no tenía ni idea de lo que vendría a continuación ni de como seguía o acabaría la historia. A pesar de que tardé varios meses en escribirlos, volvieron a surgir las palabras sin dificultad, e incluso con más detalles.
NOTA: Estos cuentos fueron inspirados durante un trabajo individual específico con varias personas diferentes. Para cada una de ellas surgía una historia, siempre distinta de las de las demás. Cuando empezaba a hablar no tenía ni idea de lo que vendría a continuación ni de como seguía o acabaría la historia. A pesar de que tardé varios meses en escribirlos, volvieron a surgir las palabras sin dificultad, e incluso con más detalles.
Hace relativamente
poco, mandé a otra persona ajena a su procedencia, uno de los cuentos
y cuando nos volvimos a ver, me dijo que ya lo conocía. Me quedé tan
sorprendida que la acribillé a preguntas. Me respondió que lo había leído
hacía ya tiempo pero que no recordaba donde y que excepto el final, todo lo
demás era casi idéntico. Yo no le había comentado nada del origen de esas
historias cortas y en aquel momento se lo expliqué. También le pedí que si
averiguaba donde lo leyó, me lo hiciera saber para que pudiera ver la fuente de
la historia. De momento no me ha pasado con ninguno de los otros cuentos porque
los he divulgado recientemente, y por lo tanto, si alguien los lee y le suena
haberlos visto ya en otra ocasión, agradeceré que me informe del autor/a, del
título del libro, etc.
Me di cuenta cuando
tuve algunos recopilados, de que a pesar de su sencillez- o quizás justamente
por eso- tenían varias lecturas y eran muy universales, independientemente de
que en el momento de la sesión pudieran estar dirigidos a una persona en
concreto. Eso me hizo decidirme a compartirlos, por ahora a través de este
medio, aunque no sean muchos. Espero y deseo que sigan creciendo con el
tiempo.
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